Hola a todos. Hace más de dos años que Jorge Falagán y yo comenzamos con esta locura del Proyecto Gato Montés. La pasión por esta especie, las ganas de desentrañar aspectos poco conocidos de su vida y hacer justicia a una especie que muchas veces queda enmascarada bajo otras especies más totémicas haciendo que no se le preste la atención que merece hicieron que nos decidiésemos a iniciar este proyecto.
Desde entonces muchas personas habéis colaborado con el blog de diferentes formas: enviando vuestros avistamientos de gatos (atropellos incluidos), compartiendo el blog en redes sociales, consultando con nosotros si ese gato que habéis visto en medio de ninguna parte era montés o no… Algunos también nos habéis preguntado desde entonces si el proyecto sigue en marcha. Sirva esta entrada para agradeceros a todos vuestra colaboración, enseñaros algo de lo que hemos ido haciendo durante este tiempo y motivaros a que sigáis colaborando con nosotros ya que, por supuesto, el proyecto sigue en marcha. No es cosa de un año ni de dos, sino una idea a medio y largo plazo que con el tiempo irá dando sus frutos.
Macho de gato montés (Felis silvestris) acechando roedores sobre la nieve en el medio de un robledal el pasado Marzo
Como muchos sabréis este proyecto carece de financiación de ningún tipo, todo sale de nuestro tiempo y nuestros bolsillos por lo que vuestra ayuda es de agradecer aún más si cabe. Este factor también limita el tipo de datos que podemos recoger, pero no impide que podamos utilizar datos que tenemos para realizar estudios previos que sí pueden facilitar las cosas de cara a obtener algún tipo de financiación en el futuro. Por ejemplo, no podemos permitirnos la compra de caros equipos de radioseguimiento (collares, antenas, etc.) pero utilizando diferentes avistamientos de un mismo individuo (gracias a patrones del pelaje, marcas de peleas, etc...(Figura 1) en diversas zonas podemos hacer una estima previa del territorio (Figura 2) que puede darnos alguna pista de como son los territorios de los gatos monteses en la Cordillera. Hay que recordar que pese a ser una de las zonas en las que es más sencillo (para lo que es la especie) observar gatos monteses no existe ningún estudio en profundidad sobre la especie en la zona, incluyendo esto cualquier parámetro de su biología: tales como la dieta (algo que varía según la región y nunca ha sido estudiado aquí), territorios, densidad, usos del espacio y el tiempo, etc)
Figura 1. Avistamientos de un mismo ejemplar a lo largo del tiempo identificable por una marca en su oreja izquierda
Figura 2. Ejemplo de estima de territorios utilizando el método de polígonos mínimos convexos. Cada polígono de un color se corresponde con el territorio de un ejemplar de gato montés basado en observaciones diferentes de un mismo individuo. Dichos polígonos están superpuestos en esta imagen.
Hagamos compendio de lo obtenido hasta ahora. Entre Jorge y yo tenemos un total de más de 500 avistamientos de gatos monteses en diferentes zonas de la Cordillera Cantábrica, distribuidas principalmente entre Asturias y León. Ramón Pou y otros amigos catalanes han compartido con nosotros más de 40 avistamientos en el prepirineo catalán. Además otras muchas personas (cuya lista podéis leer en el margen derecho de este blog) han enviado sus avistamientos de gatos monteses (n=73) o bien nos han comunicado atropellos en diferentes zonas rellenando las fichas que podéis encontrar en el margen derecho del blog. Por tanto en total contamos ya con información sobre unos 600 avistamientos de la especie. En la figura 3 podéis ver los porcentajes de estos avistamientos de gato montés que habéis enviado distribuidos por provincias (las citas de Ramón Pou no están incluídas en el gráfico por tratarse de una colaboración especial).
Figura 3. Número de avistamientos de gato montés recibidos organizados por provincias. n=73.
Como puede observarse en la figura 3 la mayoría de citas provienen de provincias incluidas que en sus territorios contienen partes de la Cordillera Cantábrica (León, Asturias, Cantabria, Palencia, Burgos…) sin embargo también habéis enviado citas de regiones del centro y sur de España (Jaén, Huelva, Guadalajara...) Los puntos aislados de avistamientos también tienen una gran importancia por ejemplo en la elaboración de modelos predictivos relacionados con el gato montés ya que pueden utilizarse en la validación de dichos modelos. Aprovecho para hablar aquí de una cuestión. Algunas personas nos preguntaban sobre la utilidad en la recopilación de avistamientos de la especie. Existen varias posibilidades a la hora de utilizar avistamientos casuales (sin haber sido realizados de forma sistemática) de gatos monteses para la elaboración de estudios científicos. Una de las más utilizadas hoy en día es la elaboración de modelos de predicción. Mediante estos modelos y combinando los avistamientos con capas de información que se ajusten a los parámetros para los cuales queremos predecir la distribución de la especie (p.e. hábitat, cobertura vegetal, disponibilidad de alimento, parámetros climáticos, etc…) podremos predecir para un determinado espacio temporal qué zonas reúnen las condiciones más óptimas para la presencia de la especie, lo cual a la larga podría usarse en planes de conservación determinando las zonas más importantes y que podría extrapolarse a zonas donde el gato montés está realmente amenazado, entre otras cosas, por la destrucción de su hábitat y la hibridación. En la figura 4 podéis ver un ejemplo de esto que formó parte de mi trabajo fin de Máster.
Figura 4. Ejemplo de modelización en la distribución del gato montés en la Cordillera basado en este caso en variables climáticas (precipitación y temperatura). Cada cuadrado representa una cuadrícula de 5x5 km. Los tonos anaranjados se corresponden con zonas de alta probabilidad de presencia de la especie en función de esas variables y los tonos azulados las de baja probabilidad.
Existen otras muchas utilidades como puede ser determinar la estacionalidad en los avistamientos (aquellos momentos del año cuando se ven gatos más fácilmente) de cara a establecer un protocolo eficaz de censo en el que mediante la identificación de individuos y basados en el sistema de captura y recaptura (visual en este caso y donde el ver un mismo ejemplar supondría una recaptura) realizar una estima de la densidad de individuos en la zona.
Además mediante la extracción de la información relacionada con la altitud de cada uno de los puntos podemos ver si el proceso de migración a zonas más bajas a causa de las nieves es un proceso claro en la Cordillera.
Aparte de los avistamientos, han sido 9 los atropellos que nos han sido comunicados durante estos años. La mayoría de ellos fuera de nuestro alcance por lo que nos ha sido imposible la toma de muestras genéticas y de medidas morfológicas. No obstante poseemos muestras genéticas de 7 gatos monteses que hemos encontrado atropellados en los alrededores de nuestra zona de campeo de las cuales 3 han sido analizadas enmarcadas en el proyecto fin de máster de Luana Ramos desarrollado en el CIBIO/CTM. De las mismas una fue imposible de analizar dada la antigüedad del tejido y las otras dos dieron resultado positivo para gato montés, sin presentar ningún tipo de hibridación. En este sentido cabe reseñar que si alguien observa un gato montés atropellado y quiere recoger una muestra biológica del mismo para este tipo de análisis genéticos bastaría con recoger la parte distal de la cola del individuo, meterla en una bolsa y congelarla. Así aguantan mucho tiempo y nos podríamos acercar a recogerla.
Otro de los pilares fundamentales a la hora de conocer una especie es la divulgación. El hacer llegar el conocimiento a todo el mundo puede ayudar a que una especie que nunca ha llamado la atención de una persona, pase a ocupar un lugar especial. La entrada del blog sobre identificación de gatos monteses basada en morfología externa ha sido una de las más compartidas y visitada. Además todas las personas que poseen dudas a la hora de identificar uno de estos gatos consultan dicha entrada y hacen un esfuerzo por intentar reconocer los caracteres correspondientes. El salto del desconocimiento de la especie al saber que existen gatos que son y siempre han sido animales silvestres es enorme.
Además a finales del año 2014 el Proyecto Gato Montés participó en las Xornadas: O Gato Bravo en Galicia desarrolladas por el Grupo Naturalista Hábitat y donde varios investigadores pudimos hablar sobre diferentes aspectos de la biología de la especie.
A pesar de que he estado un año (y estaré otros 9 meses) en Sudáfrica trabajando con suricatos, Jorge sigue en la Cordillera avistando gatos monteses y hoy, gracias a las nuevas tecnologías, podemos seguir recibiendo información de todos los que estéis interesados en colaborar, independientemente de donde estemos.
Cartel de las Xornadas: O gato bravo en Galicia celebradas en Octubre de 2014 en A Coruña.
Como veis, el Proyecto Gato Montés sigue en marcha luchando por esta misteriosa especie. Siento no haber actualizado el blog más a menudo pero a veces es difícil sacar tiempo. Muchas gracias a todos los que habéis colaborado, visitado el blog, compartido en redes sociales o comentado el asunto a vuestros colegas con una cerveza delante. Un saludo y seguimos trabajando.
Gato montés con un roedor en sus fauces tras un emocionante lance de caza en la espesura del matorral.
Colabora con el Proyecto Gato Montés
¡Necesitamos tu ayuda! Envíanos tus avistamientos de la especie a chinhector@gmail.com o kfalagan@yahoo.es y contribuirás de esta forma a la creación de una importante base de datos. Del mismo modo avísanos si te encuentras algún ejemplar atropellado y de esta forma será más fácil elaborar estudios biométricos, de alimentación y de genética de la especie. En caso de avistamiento de la especie pincha AQUÍ para descargar la ficha a rellenar. Si encuentras un animal atropellado descarga la ficha correspondiente pinchando AQUÍ. Si tienes alguna duda a la hora de rellenar la ficha ponte en contacto con nosotros o echa un vistazo a la siguiente entrada.
martes, 14 de junio de 2016
jueves, 13 de marzo de 2014
Identificación de Gato Montés (Felis silvestris): Morfología externa.
En esta entrada mostraremos las principales características morfológicas externas que presentan los gatos monteses (Felis silvestris) así como la variación que podemos apreciar en las mismas y los puntos clave a tener en cuenta para su diferenciación de los gatos domésticos asilvestrados (Felis catus) tipo tabby o atigrados.
Para seguir un orden comenzaremos por los puntos en los que nos debemos fijar en la cabeza de un gato montés, que por lo general es mayor con respecto al cuerpo de lo que sería en un ejemplar doméstico. Esto puede no ser siempre así ya que hay gatos jóvenes o hembras que presentan una cabeza de tamaño normal o incluso pequeño. Las orejas en general son pequeñas con respecto al tamaño total de la cabeza y presentan la parte posterior de un color pardo amarillento (Fotografía 1. A.) En los gatos domésticos las orejas suelen ser mayores con respecto al tamaño total de la cabeza. La cabeza vista de perfil suele ser bastante acahatada y el hocico es corto comparado con los gatos domésticos en los que puede ser ligeramente más largo (Fotografía 1. B.). Además el hocico es de un color pardo amarillento similar al comentado para las orejas aunque puede presentar zonas más claras. La trufa o rinario es rosado ( Fotografía 1. B; Fotografía 2. B.) En los gatos domésticos suele ser más oscura. Los bigotes o vibrisas son largos, gruesos, blancos y caídos dando un aspecto característico a la cara del gato montés (Fotografía 1. C.). Los largos pelos que salen de la parte superior de los ojos también son largos, gruesos y blancos. En los gatos domésticos tanto los bigotes como los pelos sobre los ojos son menos llamativos que en los monteses.
Fotografía 1. Características morfológicas típicas en la cabeza de perfil de un gato montés (Felis silvestris). A. Color pardo amarillento tras las orejas. B. Cara achatada, hocico amarillento (puede haber alguna zona blanquecina) y rinario rosado. C. Vibrisas largas, gruesas y caídas.
Los ojos son verdosos o bien ambarinos (en la Cordillera verdosos en la mayoría) (Fotografía 2. A.) En los gatos domésticos el color es más variable y rara vez los tienen del mismo color que los monteses. Presentan una serie de dibujos en la cara compuestos generalmente por dos franjas marcadas en la zona de las mejillas (dos en cada lado) (Fotografía 2.C.) En la parte superior entre las orejas presentan un dibujo compuesto por varias lineas que se transforman en tres en la zona occipital para pasar a ser cinco en la zona de la nuca (Fotografía 3.)
Fotografía 2. Caracteres típicos en la cabeza de un gato montés en visión frontal. A. Ojos verdosos o ambarinos. B. Rinario rosado. C. Par de franjas negras a cada lado de la cara.
Fotografía 3. Patrón de líneas en la parte superior, occipital y región de la nuca en la cabeza de un gato montés señalado con una flecha roja.
Puede presentar en la garganta una mancha blanca de tamaño variable o bien estar completamente ausente. En caso de estar presente esta puede prolongarse hasta la mandíbula inferior. En la Fotografía 4 pueden observarse diferente posibilidades de presencia o ausencia de mancha blanca en diferentes individuos de gato montés fotografiados en la Cordillera Cantábrica.
Fotografía 4. Presencia o ausencia de mancha blanca en la garganta del gato montés.
Pasamos ahora a las patas. Estas son cortas y robustas con respecto al tamaño del cuerpo. La parte interior de las patas suele presentar un color pardo amarillento y pueden presentar una mancha blanca en el vientre, difícil de ver en campo. Presentan un número variable de franjas oscuras en las mismas oscilando el número entre dos y cuatro y siendo el primero el número más habitual (Fotografía 5). Además presentan en general la parte inferior de las patas posteriores, desde la región de las almohadillas plantares hasta la primera articulación importante, de color negro (Fotografía 6). En general estas características son diferentes en los gatos domésticos. Presentan cuatro dedos con almohadillas y una almohadilla posterior trilobulada (Fotografía 7). Como buen felino está provisto de uñas retráctiles (Fotografía 8)
Fotografía 5. Apariencia general de las patas anteriores del gato montés. Señaladas con una flecha aparecen las franjas oscuras cuyo número puede ser variable. Se aprecia además el color pardo amarillento de la zona interior.
Fotografía 6. Apariencia de la parte inferior de las patas posteriores del gato montés de color negro.
Fotografía 7. Detalle de las almohadillas plantares de un gato montés hallado atropellado. Se aprecian los tres lóbulos en la almohadilla posterior.
Fotografía 8. Detalle de una uña retráctil de la pata posterior de un gato montés hallado atropellado
Una de las características que más identifican al gato montés al observarlo en el campo es la línea dorsal oscura que llega desde el final de la nuca hasta el principio de la cola (Fotografía 9). En general los gatos monteses no presentan patrones atigrados en los costados y de hacerlo son sutiles y poco llamativos. Normalmente presentan el lomo y los costados de color pardo grisaceo aunque puede ser más gris o más amarillento en función del individuo (Fotografía 10).
Fotografía 9. Línea dorsal típica de los gatos monteses señalada con una flecha roja.
Fotografía 10. Patrones de los costados de diferentes ejemplares de gato montés.
Otra de las características más conocidas del gato montés es su cola. Esta es gruesa y roma en la punta dándole un aspecto de robustez. En los gatos domésticos sería fina y terminada en punta afilada. Presentan una maza oscura en la punta (Fotografía 11. A) y un número variable de anillos que normalmente se corresponden con dos muy patentes y un tercero menos marcado (Fotografía 11. B).
Fotografía 11. Colas de gatos monteses en los que se aprecia la gran maza negra del extremo (A) así como los dos anillos marcados y el tercero menos marcado (B).
Estas son por tanto las principales características morfológicas externas de los gatos monteses. Su detección en campo es esencial para saber si nos encontramos ante un gato montés o bien ante un ejemplar asilvestrado. A continuación os dejo una imagen de un gato asilvestrado tipo atigrado o tabby para que lo comparéis con los gatos monteses que os he dejado de forma detallada más arriba.
Gato doméstico asilvestrado tipo tabby o atigrado. Son los ejemplares que pueden causar duda a ojos inexpertos a la hora de identificar.
Por último Jorge ha elaborado una ficha de identificación esquemática en la que están representadas las principales características que permiten identificar a un gato montés en base a su morfología externa en el campo. Estas están enfrentadas a las mismas características en un gato doméstico. Espero que esta entrada ayude a solventar dudas a la hora de identificar un gato montés. Aprovecho también para recordaros que nos enviéis vuestros avistamientos personales de gato montés rellenando la ficha que encontraréis en el margen del blog siguiendo ESTE PROCEDIMIENTO. También que nos aviséis en el triste caso de que os encontréis un ejemplar atropellado. Esto es todo. Un saludo y gracias por visitar el blog.
Figura 1. Principales características diferenciadoras entre gatos domésticos (arriba) y gatos monteses (abajo). A. Orejas pequeñas en el gato montés con respecto a la cabeza y de color pardo amarillento en su parte posterior. Son grande en los domésticos. B. Bigotes largos, gruesos, blancos y caídos en el gato montés. Son menos llamativos en los domésticos. C. Línea dorsal oscura y marcada en los gatos monteses. Ausente o más leve en los domésticos. D. Parte inferior de las patas en su parte más distal de color negro ("pies negros") en los gatos monteses. E. Cola gruesa, roma, terminada en una bola negra y con dos anillos muy patentes en los gatos monteses. En los domésticos es fina, afilada y puede presentar muchos anillos. F. Dibujo facial de los gatos monteses compuesto por dos bandas negras a cada lado de la cara. Mucho menos marcado en los domésticos.
Para seguir un orden comenzaremos por los puntos en los que nos debemos fijar en la cabeza de un gato montés, que por lo general es mayor con respecto al cuerpo de lo que sería en un ejemplar doméstico. Esto puede no ser siempre así ya que hay gatos jóvenes o hembras que presentan una cabeza de tamaño normal o incluso pequeño. Las orejas en general son pequeñas con respecto al tamaño total de la cabeza y presentan la parte posterior de un color pardo amarillento (Fotografía 1. A.) En los gatos domésticos las orejas suelen ser mayores con respecto al tamaño total de la cabeza. La cabeza vista de perfil suele ser bastante acahatada y el hocico es corto comparado con los gatos domésticos en los que puede ser ligeramente más largo (Fotografía 1. B.). Además el hocico es de un color pardo amarillento similar al comentado para las orejas aunque puede presentar zonas más claras. La trufa o rinario es rosado ( Fotografía 1. B; Fotografía 2. B.) En los gatos domésticos suele ser más oscura. Los bigotes o vibrisas son largos, gruesos, blancos y caídos dando un aspecto característico a la cara del gato montés (Fotografía 1. C.). Los largos pelos que salen de la parte superior de los ojos también son largos, gruesos y blancos. En los gatos domésticos tanto los bigotes como los pelos sobre los ojos son menos llamativos que en los monteses.
Fotografía 1. Características morfológicas típicas en la cabeza de perfil de un gato montés (Felis silvestris). A. Color pardo amarillento tras las orejas. B. Cara achatada, hocico amarillento (puede haber alguna zona blanquecina) y rinario rosado. C. Vibrisas largas, gruesas y caídas.
Los ojos son verdosos o bien ambarinos (en la Cordillera verdosos en la mayoría) (Fotografía 2. A.) En los gatos domésticos el color es más variable y rara vez los tienen del mismo color que los monteses. Presentan una serie de dibujos en la cara compuestos generalmente por dos franjas marcadas en la zona de las mejillas (dos en cada lado) (Fotografía 2.C.) En la parte superior entre las orejas presentan un dibujo compuesto por varias lineas que se transforman en tres en la zona occipital para pasar a ser cinco en la zona de la nuca (Fotografía 3.)
Fotografía 2. Caracteres típicos en la cabeza de un gato montés en visión frontal. A. Ojos verdosos o ambarinos. B. Rinario rosado. C. Par de franjas negras a cada lado de la cara.
Fotografía 3. Patrón de líneas en la parte superior, occipital y región de la nuca en la cabeza de un gato montés señalado con una flecha roja.
Puede presentar en la garganta una mancha blanca de tamaño variable o bien estar completamente ausente. En caso de estar presente esta puede prolongarse hasta la mandíbula inferior. En la Fotografía 4 pueden observarse diferente posibilidades de presencia o ausencia de mancha blanca en diferentes individuos de gato montés fotografiados en la Cordillera Cantábrica.
Fotografía 4. Presencia o ausencia de mancha blanca en la garganta del gato montés.
Pasamos ahora a las patas. Estas son cortas y robustas con respecto al tamaño del cuerpo. La parte interior de las patas suele presentar un color pardo amarillento y pueden presentar una mancha blanca en el vientre, difícil de ver en campo. Presentan un número variable de franjas oscuras en las mismas oscilando el número entre dos y cuatro y siendo el primero el número más habitual (Fotografía 5). Además presentan en general la parte inferior de las patas posteriores, desde la región de las almohadillas plantares hasta la primera articulación importante, de color negro (Fotografía 6). En general estas características son diferentes en los gatos domésticos. Presentan cuatro dedos con almohadillas y una almohadilla posterior trilobulada (Fotografía 7). Como buen felino está provisto de uñas retráctiles (Fotografía 8)
Fotografía 5. Apariencia general de las patas anteriores del gato montés. Señaladas con una flecha aparecen las franjas oscuras cuyo número puede ser variable. Se aprecia además el color pardo amarillento de la zona interior.
Fotografía 6. Apariencia de la parte inferior de las patas posteriores del gato montés de color negro.
Fotografía 7. Detalle de las almohadillas plantares de un gato montés hallado atropellado. Se aprecian los tres lóbulos en la almohadilla posterior.
Fotografía 8. Detalle de una uña retráctil de la pata posterior de un gato montés hallado atropellado
Una de las características que más identifican al gato montés al observarlo en el campo es la línea dorsal oscura que llega desde el final de la nuca hasta el principio de la cola (Fotografía 9). En general los gatos monteses no presentan patrones atigrados en los costados y de hacerlo son sutiles y poco llamativos. Normalmente presentan el lomo y los costados de color pardo grisaceo aunque puede ser más gris o más amarillento en función del individuo (Fotografía 10).
Fotografía 9. Línea dorsal típica de los gatos monteses señalada con una flecha roja.
Fotografía 10. Patrones de los costados de diferentes ejemplares de gato montés.
Otra de las características más conocidas del gato montés es su cola. Esta es gruesa y roma en la punta dándole un aspecto de robustez. En los gatos domésticos sería fina y terminada en punta afilada. Presentan una maza oscura en la punta (Fotografía 11. A) y un número variable de anillos que normalmente se corresponden con dos muy patentes y un tercero menos marcado (Fotografía 11. B).
Fotografía 11. Colas de gatos monteses en los que se aprecia la gran maza negra del extremo (A) así como los dos anillos marcados y el tercero menos marcado (B).
Estas son por tanto las principales características morfológicas externas de los gatos monteses. Su detección en campo es esencial para saber si nos encontramos ante un gato montés o bien ante un ejemplar asilvestrado. A continuación os dejo una imagen de un gato asilvestrado tipo atigrado o tabby para que lo comparéis con los gatos monteses que os he dejado de forma detallada más arriba.
Gato doméstico asilvestrado tipo tabby o atigrado. Son los ejemplares que pueden causar duda a ojos inexpertos a la hora de identificar.
Por último Jorge ha elaborado una ficha de identificación esquemática en la que están representadas las principales características que permiten identificar a un gato montés en base a su morfología externa en el campo. Estas están enfrentadas a las mismas características en un gato doméstico. Espero que esta entrada ayude a solventar dudas a la hora de identificar un gato montés. Aprovecho también para recordaros que nos enviéis vuestros avistamientos personales de gato montés rellenando la ficha que encontraréis en el margen del blog siguiendo ESTE PROCEDIMIENTO. También que nos aviséis en el triste caso de que os encontréis un ejemplar atropellado. Esto es todo. Un saludo y gracias por visitar el blog.
Figura 1. Principales características diferenciadoras entre gatos domésticos (arriba) y gatos monteses (abajo). A. Orejas pequeñas en el gato montés con respecto a la cabeza y de color pardo amarillento en su parte posterior. Son grande en los domésticos. B. Bigotes largos, gruesos, blancos y caídos en el gato montés. Son menos llamativos en los domésticos. C. Línea dorsal oscura y marcada en los gatos monteses. Ausente o más leve en los domésticos. D. Parte inferior de las patas en su parte más distal de color negro ("pies negros") en los gatos monteses. E. Cola gruesa, roma, terminada en una bola negra y con dos anillos muy patentes en los gatos monteses. En los domésticos es fina, afilada y puede presentar muchos anillos. F. Dibujo facial de los gatos monteses compuesto por dos bandas negras a cada lado de la cara. Mucho menos marcado en los domésticos.
sábado, 22 de febrero de 2014
¡Colabora con el Proyecto Gato Montés!
Hola a todos y bienvenidos a esta nueva aventura. Proyecto Gato Montés es un blog que nace con el fin de aumentar el conocimiento y potenciar el estudio de una de las especies que aún hoy albergan muchas incógnitas: el gato montés europeo (Felis silvestris silvestris). Un día de campeo el biólogo Jorge Falagán y yo comentamos la necesidad de unificar la información disponible de gato montés para ver que aspectos de su biología han sido más estudiados y en cuales somos casi totalmente ignorantes. Surgió la idea de movilizar a unos cuantos colegas biólogos o naturalistas con el fin de que nos comuniquen sus avistamientos de la especie de cara a elaborar una potente base de datos sobre la especie con la cual pueden realizarse importantes estudios de diversa índole. Además nos pareció interesante el realizar diversas mediciones de ejemplares atropellados, así como análisis de contenido estomacal para elaborar estudios alimenticios y por último e igualmente importantes análisis genéticos. Como resultado, un blog resultó ser una forma sencilla, eficaz y rápida de recopilar la información y del mismo modo llegar a gran cantidad de gente con relativa facilidad. De esta forma nace el Proyecto Gato Montés y a continuación comentaré brevemente los diferentes apartados del blog así como diferentes instrucciones a seguir para colaborar con nosostros y hacernos llegar tus avistamientos o información.
Macho de gato montés (Felis silvestris) sobre una fina capa de nieve.
-El bloque principal del blog serán las entradas que elaboremos tanto sobre la biología de la especie contando experiencias personales con el felino, como comentando caracteres que facilitan su identificación.
-En el lateral derecho lo primero que aparecen son las imágenes correspondientes a las fichas que hemos elaborado para rellenar en caso de avistamiento de la especie o de detección de un ejemplar atropellado. Pinchando sobre las mismas podéis descargarlas y rellenarlas con la información correspondiente enviándola a nuestro correo y colaborando así con el proyecto. La información que aparezca en la misma es confidencial y en ningún momento será publicada en abierto en el blog. Los nombres de los observadores que colaboren aparecerán en el apartado de agradecimientos del blog. Información como las coordenadas no serán publicadas de forma abierta en ningún momento y sólamente Jorge y yo tendremos acceso a las mismas.
Los apartados de la ficha de avistamiento son los siguientes y la puedes descargar AQUÍ:
+Datos personales del observador: Nombre y correo del observador.
+Fecha y hora en la que se produjo el avistamiento.
+Lugar de observación: Localidad del avistamiento (nombre que recibe la zona donde se observó al ejemplar), Municipio y Provincia donde se produjo el avistamiento.
+Coordenadas UTM: Zona, X e Y. Las coordenadas pueden obtenerse utilizando el visor de Iberpix al que se accede utilizando el siguiente link: http://www2.ign.es/iberpix/visoriberpix/visorign.html
+Información sobre el ejemplar: nº de individuos, edad y sexo.
+Actividad del individuo: Breve descripción de lo que hizo el ejemplar durante su avistamiento (caminó, estuvo sentado, intentó cazar, cazó, etc.)
+Breve descripción del hábitat: Por ejemplo prados cercanos a un hayedo.
+Distancia a carretera más próxima y a localidad más próxima.
+Fotografía del hábitat donde se detectó el ejemplar y si es posible del propio ejemplar: obviamente a distancia y sin ocasionar molestia ninguna sobre el individuo. Una foto lejana o utilizando un telescopio es suficiente para identificarlo.
+Otros datos de interés: Comentar todo aquello que resulte curioso o bien su algo que llame la atención.
Los apartados de la ficha en caso de atropello son los siguientes y la puedes descargar AQUÍ:
+Datos personales del observador: Nombre y correo del observador.
+Fecha y hora en la que se produjo el avistamiento.
+Lugar de observación: Localidad del avistamiento (nombre que recibe la zona donde se observó al ejemplar), Municipio y Provincia donde se produjo el avistamiento.
+Coordenadas UTM: Zona, X e Y. Las coordenadas pueden obtenerse utilizando el visor de Iberpix al que se accede utilizando el siguiente link: http://www2.ign.es/iberpix/visoriberpix/visorign.html
+Datos de la carretera: Nombre de la vía, punto kilométrico del atropello y otras referencias del lugar de atropello, por ejemplo junto a una casa abandonada.
+Breve descripción del hábitat
+Distancia a la localidad más próxima
+Datos del ejemplar atropellado: Sexo, edad, longitud total y peso.
+Fotografía de la cara y del dorso y cola del ejemplar.
+Si nos llamas trataremos de acercarnos a verlo y tomar medidas: Tlf:670 795 591 / 620 107 491
Dichas fichas han de ser enviadas a los siguientes correos: chinhector@gmail.com ó kfalagan@yahoo.es. Os agradecemos mucho cualquier tipo de colaboración.
-Continuando con las secciones del blog a continuación en la columna derecha aparece una breve descripción de en qué consiste el proyecto, los aspectos de la especie que nos interesa estudiar así como las formas de contacto.
-Más abajo aparece un compendio de enlaces interesantes principalmente relacionados con el gato montés. Podéis encontrar información de su estatus de conservación así como herramientas de conservación de felinos silvestres u otros proyectos similares al nuestro a nivel nacional o internacional.
-A continuación aparece una recopilación de entradas relacionadas con el gato en diferentes blogs.
-El siguiente apartado recoge artículos científicos de libre acceso que estudian diversos aspectos de la biología de la especie que van desde la biología trófica hasta los problemas genéticos de hibridación en diferentes lugares como Escocia.
-Por último aparecen recogidas noticias en diferentes medios de comunicación en las que el gato montés es el protagonista.
Esperamos que os entusiasme este nuevo proyecto igual que a nosotros y que os animéis a colaborar con el mismo. Nosotros seguiremos campeando y aprendiendo sobre esta misteriosa especie. Un saludo.
Macho de gato montés (Felis silvestris) sobre una fina capa de nieve.
-El bloque principal del blog serán las entradas que elaboremos tanto sobre la biología de la especie contando experiencias personales con el felino, como comentando caracteres que facilitan su identificación.
-En el lateral derecho lo primero que aparecen son las imágenes correspondientes a las fichas que hemos elaborado para rellenar en caso de avistamiento de la especie o de detección de un ejemplar atropellado. Pinchando sobre las mismas podéis descargarlas y rellenarlas con la información correspondiente enviándola a nuestro correo y colaborando así con el proyecto. La información que aparezca en la misma es confidencial y en ningún momento será publicada en abierto en el blog. Los nombres de los observadores que colaboren aparecerán en el apartado de agradecimientos del blog. Información como las coordenadas no serán publicadas de forma abierta en ningún momento y sólamente Jorge y yo tendremos acceso a las mismas.
Los apartados de la ficha de avistamiento son los siguientes y la puedes descargar AQUÍ:
+Datos personales del observador: Nombre y correo del observador.
+Fecha y hora en la que se produjo el avistamiento.
+Lugar de observación: Localidad del avistamiento (nombre que recibe la zona donde se observó al ejemplar), Municipio y Provincia donde se produjo el avistamiento.
+Coordenadas UTM: Zona, X e Y. Las coordenadas pueden obtenerse utilizando el visor de Iberpix al que se accede utilizando el siguiente link: http://www2.ign.es/iberpix/visoriberpix/visorign.html
+Información sobre el ejemplar: nº de individuos, edad y sexo.
+Actividad del individuo: Breve descripción de lo que hizo el ejemplar durante su avistamiento (caminó, estuvo sentado, intentó cazar, cazó, etc.)
+Breve descripción del hábitat: Por ejemplo prados cercanos a un hayedo.
+Distancia a carretera más próxima y a localidad más próxima.
+Fotografía del hábitat donde se detectó el ejemplar y si es posible del propio ejemplar: obviamente a distancia y sin ocasionar molestia ninguna sobre el individuo. Una foto lejana o utilizando un telescopio es suficiente para identificarlo.
+Otros datos de interés: Comentar todo aquello que resulte curioso o bien su algo que llame la atención.
Los apartados de la ficha en caso de atropello son los siguientes y la puedes descargar AQUÍ:
+Datos personales del observador: Nombre y correo del observador.
+Fecha y hora en la que se produjo el avistamiento.
+Lugar de observación: Localidad del avistamiento (nombre que recibe la zona donde se observó al ejemplar), Municipio y Provincia donde se produjo el avistamiento.
+Coordenadas UTM: Zona, X e Y. Las coordenadas pueden obtenerse utilizando el visor de Iberpix al que se accede utilizando el siguiente link: http://www2.ign.es/iberpix/visoriberpix/visorign.html
+Datos de la carretera: Nombre de la vía, punto kilométrico del atropello y otras referencias del lugar de atropello, por ejemplo junto a una casa abandonada.
+Breve descripción del hábitat
+Distancia a la localidad más próxima
+Datos del ejemplar atropellado: Sexo, edad, longitud total y peso.
+Fotografía de la cara y del dorso y cola del ejemplar.
+Si nos llamas trataremos de acercarnos a verlo y tomar medidas: Tlf:670 795 591 / 620 107 491
Dichas fichas han de ser enviadas a los siguientes correos: chinhector@gmail.com ó kfalagan@yahoo.es. Os agradecemos mucho cualquier tipo de colaboración.
-Continuando con las secciones del blog a continuación en la columna derecha aparece una breve descripción de en qué consiste el proyecto, los aspectos de la especie que nos interesa estudiar así como las formas de contacto.
-Más abajo aparece un compendio de enlaces interesantes principalmente relacionados con el gato montés. Podéis encontrar información de su estatus de conservación así como herramientas de conservación de felinos silvestres u otros proyectos similares al nuestro a nivel nacional o internacional.
-A continuación aparece una recopilación de entradas relacionadas con el gato en diferentes blogs.
-El siguiente apartado recoge artículos científicos de libre acceso que estudian diversos aspectos de la biología de la especie que van desde la biología trófica hasta los problemas genéticos de hibridación en diferentes lugares como Escocia.
-Por último aparecen recogidas noticias en diferentes medios de comunicación en las que el gato montés es el protagonista.
Esperamos que os entusiasme este nuevo proyecto igual que a nosotros y que os animéis a colaborar con el mismo. Nosotros seguiremos campeando y aprendiendo sobre esta misteriosa especie. Un saludo.
martes, 11 de febrero de 2014
Un año en la vida del gato montés: El otoño.
Esta será la última de las entradas dedicadas al ciclo anual en la vida del gato montés (Felis silvestris) en la Cordillera Cantábrica. El otoño al igual que la primavera es una época de transición. En este caso pasamos de las altas temperaturas veraniegas, al frío invierno, época de escasez alimenticia y en la que los animales homeotermos (animales de sangre caliente y que tienen la capacidad de generar calor mediante reacciones bioquímicas en su interior) ,entre los que se encuentran los gatos monteses, han de obtener energía para la síntesis de calor y no morir congelados.
Macho de gato montés (Felis silvestris) en otoño.
En otoño el gato ha de cazar constantemente para obtener reservasde cara al invierno y tras las múltiples cacerías que efectúa en esta época los gatos normalmente dedican tiempo al cuidado de su pelaje y a la limpieza del mismo ya que en el frenesí de los lances se manchan de tierra y sangre. En el siguiente video podéis ver momentos de limpieza del gato montés en los que presta especial atención a las almohadillas plantares y al pelaje de sus patas. Para ver el video pulsad en Vimeo y marcad el icono HD además de escoger la opción de pantalla completa.
Dado que en invierno es más dificil conseguir alimento, el otoño consiste básicamente en una estación de engorde para el gato montés como conducta previsora ante el implacable invierno. En otoño los prados están verdes y la tierra blanda por lo que los roedores abundan en los mismos y los gatos se aprovechan de ello. Dicho comportamiento podría recordarnos al de los animales que hibernan como por ejemplo el oso pardo para el cual el otoño es una época de obtención de reservas energéticas mediante la injesta de alimentos como castañas, hayucos o bellota. Sin embargo el gato no lo hace para entrar en un estado de dormancia en el que reducen sus constantes vitales, ya que los gatos no hibernan, aunque la bibliografía recoge que pueden permanecer inactivos ante fuertes temporales invernales hasta 24 horas. Simplemente lo hacen para tener una reserva energética realmente útil en los momentos de escasez tan abundantes en invierno.
Gato montés alimentándose de una rata topera (Arvicola scherman) en el otoño cantábrico.
Gato montés relamiéndose tras la ingesta de un roedor
El aumento de masa corporal de los gatos monteses durante esta época es patente y observándolos a distancia mediante el uso de un telescopio se aprecia perfectamente el engorde de estos animales cuyo vientre en ocasiones está a punto de rozar el suelo. De la misma forma, tras el invierno, el desgaste ocasionado por la climatología, la escasez de alimento y el estrés del celo hace que tantas reservas adquiridas antes de la estación blanca hayan merecido la pena. Como muestra de ello podéis observar las siguientes fotografías en las que comparamos imágenes del mismo ejemplar de gato montés a mediados de otoño y tras el invierno tomadas con 5 meses de diferencia.
Aspecto de macho de gato montés en otoño. Se aprecia la gran reserva energética de cara a afrontar el invierno.
Aspecto del mismo gato montés tras el invierno.
La pérdida de reservas en forma de grasa es considerable. En este momento el celo de los gatos monteses se acerca y los machos comienzan a deambular por los territorios marcando los mismos mediante señales olorosas y excrementos en zonas visibles. También son habituales las nevadas otoñales inesperadas por lo que los animales realizan algún que otro desplazamiento altitudinal. Este año he podido observar como ante una de estas nevadas uno de los gatos se desplazó a lo largo de varios días hacia zonas más bajas del valle, hecho que aprovechó otro macho para adentrarse en la zona habitual de campeo del primero y dejar su olor en todas las zonas posibles. Este último ejemplar se caracteriza por presentar una pequeña mota blanca en la cola y sobre todo por ser tuerto ya que una nube blanca cubre su ojo derecho.
Macho de gato montés tuerto y con mancha blanca en la maza negra de la cola.
Macho de gato montés tuerto dejando una marca olorosa en unos juncos dentro del territorio de otro macho de gato montés.
La pérdida del ojo pudo ser ocasionada por una pelea con otro macho para defender el territorio (por ello aprovecha a adentrarse en territorio "enemigo" ante la ausencia de su dueño), al pelearse con una hembra (ya que los encuentros amorosos de estos animales como en la mayoría de felinos son bastante violentos) o simplemente al golpearse el ojo con una rama o un espino al huir ante algún peligro. He de decir que el gato tuerto se defiende perfectamente ya que capturó presas en los dos intentos que hizo mientras lo observaba. Su estado era nervioso e inquieto moviendo la cabeza continuamente hacia los lados con el fin de cubrir el punto ciego de su lado derecho.
Como dije anteriormente los machos de gato montés depositan sus excrementos en zonas visibles junto a caminos o sobre tapines en su territorio y normalmente lo hacen en las zonas más utilizadas por los mismos. En general diferenciar los excrementos de gato montés de los de gato doméstico no es demasiado complicado ya que, según la bibliografía, los gatos domésticos entierran sus excrementos por norma general mientras que los monteses no. El aspecto de los excrementos es el de una serie de segmentos cuyos extremos encajan siendo cóncavo en uno y convexo el siguiente. La composición generalmente es de pelo ya que su alimento principal ocupando casi el 85% en la cordillera son los roedores. En zonas donde habita el conejo (Oryctolagus cuniculus) este pasaría a ser la presa principal, sin embargo no existen apenas conejos en la Cordillera Cantábrica. El 15% restante lo ocupan reptiles, aves, etc. A veces también podemos encontrarnos hierba en los excrementos, la cual es ingerida por la especie para purgar su aparato digestivo.
En la imagen podemos ver (aunque la imagen no sea buena) un grupo de excrementos de gato montés con la configuración en segmentos y con pelo como componente principal. A la izquierda aparece algún excremento posiblemente de zorro en el que se aprecia la ingesta de fruto aunque también podría tratarse de un mustélido tipo marta/garduña. Es habitual que los puntos de deposición de excrementos de fauna coincidan y muchas veces podemos encontrar los de varias especies juntos. Dentro de los excrementos del gato el situado más a la derecha presenta hierbas organizadas en pincel que ha expulsado el gato tras haberlas ingerido para purgar su intestino.
Esquema descrito anteriormente.
En esta época tampoco es extraño encontrarse con gatos monteses en las proximidades de poblados y entornos humanizados a pesar de la presencia de ganado en la mayoría de prados aledaños a los pueblos. Los gatos y el ganado simplemente se miran sin darse mayor importancia. A continuación podéis ver un vídeo de interacción entre gatos monteses y otros habitantes de la Cordillera Cantábrica.
Hembra de gato montés en un entorno humanizado con múltiples vallas y un pueblo al fondo.
Los valles aparecen helados cada mañana y las montañas pintadas de blanco. Poco a poco la nieve descenderá cubriéndolo todo con un manto blanco y poniendo a prueba a los múltiples habitantes de estas montañas. Comenzará de nuevo la época más intensa en el ciclo vital del gato montés y este volverá a repetirse otro año más. Espero que os hayan gustado las entradas dedicadas a la vida de este misterioso animal en las montañas de la Cordillera Cantábrica y que hayáis disfrutado tanto leyéndolas como yo escribiéndolas. Un saludo y gracias por visitar el blog.
Macho de gato montés en un prado otoñal.
Macho de gato montés (Felis silvestris) en otoño.
En otoño el gato ha de cazar constantemente para obtener reservasde cara al invierno y tras las múltiples cacerías que efectúa en esta época los gatos normalmente dedican tiempo al cuidado de su pelaje y a la limpieza del mismo ya que en el frenesí de los lances se manchan de tierra y sangre. En el siguiente video podéis ver momentos de limpieza del gato montés en los que presta especial atención a las almohadillas plantares y al pelaje de sus patas. Para ver el video pulsad en Vimeo y marcad el icono HD además de escoger la opción de pantalla completa.
Gatos monteses (Felis silvestris) limpiando su pelaje tras la caza de roedores. from HectorZonaOsera on Vimeo.
Dado que en invierno es más dificil conseguir alimento, el otoño consiste básicamente en una estación de engorde para el gato montés como conducta previsora ante el implacable invierno. En otoño los prados están verdes y la tierra blanda por lo que los roedores abundan en los mismos y los gatos se aprovechan de ello. Dicho comportamiento podría recordarnos al de los animales que hibernan como por ejemplo el oso pardo para el cual el otoño es una época de obtención de reservas energéticas mediante la injesta de alimentos como castañas, hayucos o bellota. Sin embargo el gato no lo hace para entrar en un estado de dormancia en el que reducen sus constantes vitales, ya que los gatos no hibernan, aunque la bibliografía recoge que pueden permanecer inactivos ante fuertes temporales invernales hasta 24 horas. Simplemente lo hacen para tener una reserva energética realmente útil en los momentos de escasez tan abundantes en invierno.
Gato montés alimentándose de una rata topera (Arvicola scherman) en el otoño cantábrico.
Gato montés relamiéndose tras la ingesta de un roedor
El aumento de masa corporal de los gatos monteses durante esta época es patente y observándolos a distancia mediante el uso de un telescopio se aprecia perfectamente el engorde de estos animales cuyo vientre en ocasiones está a punto de rozar el suelo. De la misma forma, tras el invierno, el desgaste ocasionado por la climatología, la escasez de alimento y el estrés del celo hace que tantas reservas adquiridas antes de la estación blanca hayan merecido la pena. Como muestra de ello podéis observar las siguientes fotografías en las que comparamos imágenes del mismo ejemplar de gato montés a mediados de otoño y tras el invierno tomadas con 5 meses de diferencia.
Aspecto de macho de gato montés en otoño. Se aprecia la gran reserva energética de cara a afrontar el invierno.
Aspecto del mismo gato montés tras el invierno.
La pérdida de reservas en forma de grasa es considerable. En este momento el celo de los gatos monteses se acerca y los machos comienzan a deambular por los territorios marcando los mismos mediante señales olorosas y excrementos en zonas visibles. También son habituales las nevadas otoñales inesperadas por lo que los animales realizan algún que otro desplazamiento altitudinal. Este año he podido observar como ante una de estas nevadas uno de los gatos se desplazó a lo largo de varios días hacia zonas más bajas del valle, hecho que aprovechó otro macho para adentrarse en la zona habitual de campeo del primero y dejar su olor en todas las zonas posibles. Este último ejemplar se caracteriza por presentar una pequeña mota blanca en la cola y sobre todo por ser tuerto ya que una nube blanca cubre su ojo derecho.
Macho de gato montés tuerto y con mancha blanca en la maza negra de la cola.
Macho de gato montés tuerto dejando una marca olorosa en unos juncos dentro del territorio de otro macho de gato montés.
La pérdida del ojo pudo ser ocasionada por una pelea con otro macho para defender el territorio (por ello aprovecha a adentrarse en territorio "enemigo" ante la ausencia de su dueño), al pelearse con una hembra (ya que los encuentros amorosos de estos animales como en la mayoría de felinos son bastante violentos) o simplemente al golpearse el ojo con una rama o un espino al huir ante algún peligro. He de decir que el gato tuerto se defiende perfectamente ya que capturó presas en los dos intentos que hizo mientras lo observaba. Su estado era nervioso e inquieto moviendo la cabeza continuamente hacia los lados con el fin de cubrir el punto ciego de su lado derecho.
Como dije anteriormente los machos de gato montés depositan sus excrementos en zonas visibles junto a caminos o sobre tapines en su territorio y normalmente lo hacen en las zonas más utilizadas por los mismos. En general diferenciar los excrementos de gato montés de los de gato doméstico no es demasiado complicado ya que, según la bibliografía, los gatos domésticos entierran sus excrementos por norma general mientras que los monteses no. El aspecto de los excrementos es el de una serie de segmentos cuyos extremos encajan siendo cóncavo en uno y convexo el siguiente. La composición generalmente es de pelo ya que su alimento principal ocupando casi el 85% en la cordillera son los roedores. En zonas donde habita el conejo (Oryctolagus cuniculus) este pasaría a ser la presa principal, sin embargo no existen apenas conejos en la Cordillera Cantábrica. El 15% restante lo ocupan reptiles, aves, etc. A veces también podemos encontrarnos hierba en los excrementos, la cual es ingerida por la especie para purgar su aparato digestivo.
En la imagen podemos ver (aunque la imagen no sea buena) un grupo de excrementos de gato montés con la configuración en segmentos y con pelo como componente principal. A la izquierda aparece algún excremento posiblemente de zorro en el que se aprecia la ingesta de fruto aunque también podría tratarse de un mustélido tipo marta/garduña. Es habitual que los puntos de deposición de excrementos de fauna coincidan y muchas veces podemos encontrar los de varias especies juntos. Dentro de los excrementos del gato el situado más a la derecha presenta hierbas organizadas en pincel que ha expulsado el gato tras haberlas ingerido para purgar su intestino.
Esquema descrito anteriormente.
En esta época tampoco es extraño encontrarse con gatos monteses en las proximidades de poblados y entornos humanizados a pesar de la presencia de ganado en la mayoría de prados aledaños a los pueblos. Los gatos y el ganado simplemente se miran sin darse mayor importancia. A continuación podéis ver un vídeo de interacción entre gatos monteses y otros habitantes de la Cordillera Cantábrica.
Hembra de gato montés en un entorno humanizado con múltiples vallas y un pueblo al fondo.
Interacción de gato montés (Felis silvestris) con otras especies de la Cordillera Cantábrica from HectorZonaOsera on Vimeo.
Los valles aparecen helados cada mañana y las montañas pintadas de blanco. Poco a poco la nieve descenderá cubriéndolo todo con un manto blanco y poniendo a prueba a los múltiples habitantes de estas montañas. Comenzará de nuevo la época más intensa en el ciclo vital del gato montés y este volverá a repetirse otro año más. Espero que os hayan gustado las entradas dedicadas a la vida de este misterioso animal en las montañas de la Cordillera Cantábrica y que hayáis disfrutado tanto leyéndolas como yo escribiéndolas. Un saludo y gracias por visitar el blog.
Macho de gato montés en un prado otoñal.
Un año en la vida del gato montés: El verano.
En el momento en que los días aumentan en horas de luz y en temperatura de forma notable, haciendo que lo haga también la longitud de la hierba, sabemos que se está acercando el verano. Época de descanso para la mayoría de personas y en la que podemos dedicar la mayor parte del tiempo a lo que nos gusta.
Rasgos faciales de un macho de gato montés (Felis silvestris) en verano.
Sin embargo, no es para nada la mejor época para observar fauna. La vegetación se torna exhuberante en todos los rincones. Helechos, zarzas, gramíneas, macrófitas y demás plantas, cubren todas aquellas zonas que el resto del año suponen un lugar donde clavar los prismáticos con ciertas garantías de avistar algún animal. Gato montés entre la vegetación típica de principios de verano en la Cordillera Cantábrica.
Las elevadas temperaturas hacen que la fauna se refugie practicamente todo el día y sea solamente visible, en general, un par de horas tras el amanacer y una hora antes del atardecer. A todo ello hay que sumar que en verano el monte se llena de todo tipo de gente que dejamos nuestro olor en el campo en el más leve de los casos, ya no me meto en las voces, la basura y los colores chillones de los grupos menos respetuosos. Sin embargo a pesar de todo ello la fauna salvaje obviamente no desaparece, sigue ahí viviendo el día a día en la estación del calor. Entre ellos el gato montés (Felis silvestris).
Hembra de gato montés a principios de verano en un ambiente de matorral.
La primavera terminó con los prados llenos de hierba y en algún rincón del bosque las hembras de gato montés tienen escondidos a sus cachorros de un mes. Desde el invierno hasta ahora el pelaje de los gatos monteses a pasado de ser tupido y grueso (a causa de la borra que evita la pérdida de calor del animal) a ser fino, corto y brillante confiriendo a los gatos un aspecto más esbelto, ágil y larguirucho y que en ciertas ocasiones puede recordarnos a gatos domésticos, sobre todo en hembras e individuos juveniles. Sin embargo analizando las características típicas como la raya oscura en el lomo o la cola roma con maza negra en el extremo y algún anillo podemos resolver las posibles dudas que tengamos en la identificación.
Hembra parida de gato montés (Felis silvestris) con pelaje de verano.
La cara más achatada en los gatos monteses también ayuda a su diferenciación con respecto a los domésticos. La hierba es verde intensa a principios de verano y a medida que avanza la estación se va tornando amarillenta y el monte se agosta. Es poco antes de que suceda esto, cuando la hierba es alta y de buena calidad nutritiva cuando se lleva a cabo en la Cordillera un momento importante en la vida del gato montés, la siega. Los prados se llenan de gente con maquinaria diversa (pocos recurren hoy en día a la guadaña) que hará que los prados pasen de ser un mar vegetal en el que es imposible ver nada, a un lugar con hierba rapada en el que es fácil localizar a la fauna.
Hembra de gato montés en un prado a principios de verano con la vegetación exhuberante y verde.
Macho de gato montés en un prado con el verano más avanzado.
Las espigas han crecido y los verdes han perdido intensidad tornándose amarillentos. De la misma forma que es más sencillo para nosotros localizar a los gatos en un prado segado, lo es para ellos localizar a sus presas, por lo que los días posteriores a la siega son un buen momento para la localización de individuos y el análisis de su comportamiento. Resulta curioso que en la mayoría de guías se deja claro que los gatos monteses en general evitan la proximidad a pueblos o zonas urbanizadas. Sin embargo es en los alrededores de los mismos donde se producen gran cantidad de avistamientos en esta época. De forma tradicional en la montaña cantábrica los pueblos se han ubicado en zonas ricas en tierra y agua que asegurasen el cultivo y la crianza de animales para subsistir. Del mismo modo los gatos monteses necesitan zonas con buena tierra y abundante humedad para la presencia de presas que aseguren su supervivencia por lo que, al contrario de lo que suele aparecer en ciertas guías, los gatos monteses y los hombres están muchas veces más cerca de lo que pueda parecer.
Macho joven de gato montés en un prado recién segado.
Majadas, brañas y fondos de valle son lugares donde predominan los prados. No obstante es esencial que exista en sus proximidades un bosque, matorral o roquedo donde se refugie el felino ante amenazas o en las horas más calurosas. De hecho, a veces la superficie de prado es relativamente pequeña con respecto al bosque con lo que observar al animal al descubierto no es tan sencillo, sin embargo caminando por las proximidades encontraremos indicios de su presencia como huellas o excrementos y sabremos que utiliza ese lugar como cazadero.
Huella de gato montés en el barro.
En este momento los gatos escogen aquellos prados donde el invierno ha sido más severo. Es decir, aquellos donde la cantidad de nieve y la escasez de luz han asegurado una humedad suficiente para que la cantidad de hierba producida fuese elavada y al mismo tiempo la cantidad de roedores que se alimentan de la misma. No es extraño por tanto que los prados donde en invierno no se ve ningún rastro de fauna debido a la dureza de la nieve por ubicarse en la umbría o el "aviseu" sean buenas zonas de campeo de gatos y zorros tras la siega veraniega.
Macho de gato montés campeando en un prado recién segado y amarillento a mediados de verano.
Las hembras de gato montés capturan presas en los prados aledaños al refugio de sus cachorros y cuando la cacería es exitosa caminan con la presa en sus fauces hacia el lugar donde se esconden los pequeños gatos. En alguna ocasión se alimenta ella misma de la presa en el punto donde la ha capturado ya que necesita reponer energía puesto que el desgaste que sufren en este momento las hembras paridas es elevado. A continuación os muestro un video que recoge múltiples lances de caza efectuados por la especie en la Cordillera Cantábrica. Como dije en otras ocasiones, la rata topera (Arvicola scherman) es su principal presa en la montaña cantábrica y aporta la cantidad de energía suficiente para sobrevivir de forma holgada capturando varios ejemplares al día. En un primer momento el gato montés olfatea la topera para ver si hay rastros recientes de su presa o bien hace tiempo que no pasa por allí. En caso afirmativo comienza la espera ante el agujero o bien el acecho desplazándose hacia la fuente del más mínimo sonido. Cuando asoma la rata el gato salta sobre ella y la atrapa con sus fauces ocasionando la muerte del animal normalmente al partir la columna del roedor a la altura de las cervicales. Como se observa en el video el tamaño de los ejemplares de rata topera puede ser considerable y lleva un buen rato conseguir tragarlos enteros. Para disfrutar el video en condiciones pinchad en Vimeo y vedlo en HD marcando el icono correspondiente a pantalla completa.
Esta necesidad de aportar alimento de forma continua hace que podamos observar hembras de gato montés cazando al medio día en pleno verano cuando los termómetros rondan los 30º, algo que en principio podría parecer impensable. Los pequeños gatos van creciendo y se aventuran cada vez más a separarse de la guarida, acompañando incluso a sus madres en alguna cacería.
Hembra de gato montés campeando en un prado cantábrico a las 12 de la mañana.
El aspecto desaliñado del ejemplar es típico en hembras durante la cria de sus cachorros. Gran cantidad de prados presentan carreteras en zonas cercanas cuyo tráfico es mayor en el estío, por lo que el verano es una época en la que gran cantidad de animales mueren atropellados, entre ellos los gatos monteses. Por ello es necesaria la precaución y la calma en la conducción en este momento del año, por supuesto por nuestra seguridad pero también por la de posibles peatones cuadrúpedos inesperados. Desafortunadamente los atropellos siguen siendo una de las principales causas de mortalidad en la especie aunque obviamente los valores fluctúan en función de la zona estudiada.
Triste imagen tomada por Pascual Alcázar (c) en la que se ve una hembra de gato montés atropellada junto a sus cuatro cachorros en la Comunidad de Madrid.
Ya que he decidido tocar el tema, las amenazas que se ciernen sobre el gato montés son varias y de diferente importancia en la Cordillera Cantábrica. El tema estrella a la hora de hablar del gato montés es la hibridación. De hecho se baraja el mismo como una causa importante de declive de la especie y esto es cierto sin embargo en ciertas zonas no parece suponer un riesgo real. Lugares como Escocia con unos valores críticos en cuanto a población de gato montés, o algunas zonas del este de Europa si ven amenazada la existencia de sus gatos a causa de la presencia de gatos domésticos asilvestrados que se reproducen con los mismos. Por lo general los casos de hibridación en la mayoría de especies comienzan a ser un problema cuando existen pocos inidivudos de la especie silvestre. Esto sucede con salmones, lobos y por supuesto con gatos (aunque parecen ser pocos los casos de hibridación del felino en la Cordillera). Mientras existan suficientes individuos de machos y hembras de gato montés (con un sex ratio o relación en el número de individuos de cada sexo adecuada) los problemas de hibridación no serán tan importantes. La Cordillera Cantábrica cuenta con una de las poblaciones más abundantes de gato montés localizándose la mayor densidad según tengo entendido en la montaña Palentina, por lo que los problemas de hibridación son mínimos. Es cierto que existen gatos domésticos cuya área de campeo se solapa con la de ejemplares monteses. Sin embargo los encuentros con estos suelen ser violentos y no pasan de unos cuantos bufidos y arañazos. La transmisión de enfermedades por parte de gatos domésticos puede ser otro riesgo para la especie aunque no existe ningún estudio al respecto.
Macho joven de gato montés asomándose a un prado recién segado.
El mal llamado "Control de Predadores" es un problema para la especie sobre todo en la zona centro y sur de la Península donde la práctica totalidad del territorio se corresponde con fincas privadas de explotación cinegética o ganadera. Así pues cualquier animal que sea susceptible de ocasionar bajas en sus conejos, perdices, o crías de ungulados es algo que ha de erradicarse inmediatamente. Sobran los comentarios al respecto ya que no sería capaz de describir la ignorancia implícita en dicho "control". A pesar de que en el norte peninsular la gestión del territorio es diferente siguen siendo muchos los gatos que caen a manos de escopeteros tras un mal o buen día de caza y al contrario que ciertas especies animales estos abundan bastante por lo que las especies objetivo de su sed de sangre llevan las de perder a pesar de ser considerada como casi amenazada (NT) en el Libro Rojo para España y esté incluída en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas con la categoría de Interés Especial. Esto significa que al aparecer en dicho catálogo, esta especie es una especie protegida legalmente y por tanto su caza está prohibida. Al parecer todo esto da igual. La destrucción del hábitat parecía ser un problema, entendiendo el mismo como deforestación principalmente, ya que el gato montés se consideraba como una especie eminentemente forestal a raíz de los estudios desarrollados en Escocia donde sí parece ocupar dicho ambiente de forma general.
Sin embargo, en la Cordillera Cantábrica y de la misma forma que otros muchos medianos carnívoros, la especie selecciona paisajes en mosaico que alternen prados, roquedos, bosque y matorral y la homogeinización de los mismos puede ser un riesgo potencial para la especie. Otro problema importante que comparte el gato montés con otras muchas especie es el desconocimiento. Las especies poco conocidas o estudiadas llevan las de perder por términos generales. Por supuesto y como ya comenté anteriormente los atropellos son una importante fuente de bajas en las poblaciones de gato montés. Así pues son múltiples las amenazas de las que son objeto los gatos monteses, sin embargo no existen estudios profundos al respecto en la Cordillera. Afortunadamente la población de la especie parece evolucionar de forma favorable en dichas montañas.
Gato montés en un prado reverdecido por las lluvias de finales de verano.
De repente los días comienzan a acortarse, las heladas son relativamente frecuentes durante las noches y las lluvias y nieblas de los últimos días del verano hacen que los prados comiencen a reverdecer de nuevo. Se acerca el otoño, época que analizaremos en la siguiente y última entrada de la serie centrada en la vida del gato montés. Un saludo y gracias por visitar el blog.
Rasgos faciales de un macho de gato montés (Felis silvestris) en verano.
Sin embargo, no es para nada la mejor época para observar fauna. La vegetación se torna exhuberante en todos los rincones. Helechos, zarzas, gramíneas, macrófitas y demás plantas, cubren todas aquellas zonas que el resto del año suponen un lugar donde clavar los prismáticos con ciertas garantías de avistar algún animal. Gato montés entre la vegetación típica de principios de verano en la Cordillera Cantábrica.
Las elevadas temperaturas hacen que la fauna se refugie practicamente todo el día y sea solamente visible, en general, un par de horas tras el amanacer y una hora antes del atardecer. A todo ello hay que sumar que en verano el monte se llena de todo tipo de gente que dejamos nuestro olor en el campo en el más leve de los casos, ya no me meto en las voces, la basura y los colores chillones de los grupos menos respetuosos. Sin embargo a pesar de todo ello la fauna salvaje obviamente no desaparece, sigue ahí viviendo el día a día en la estación del calor. Entre ellos el gato montés (Felis silvestris).
Hembra de gato montés a principios de verano en un ambiente de matorral.
La primavera terminó con los prados llenos de hierba y en algún rincón del bosque las hembras de gato montés tienen escondidos a sus cachorros de un mes. Desde el invierno hasta ahora el pelaje de los gatos monteses a pasado de ser tupido y grueso (a causa de la borra que evita la pérdida de calor del animal) a ser fino, corto y brillante confiriendo a los gatos un aspecto más esbelto, ágil y larguirucho y que en ciertas ocasiones puede recordarnos a gatos domésticos, sobre todo en hembras e individuos juveniles. Sin embargo analizando las características típicas como la raya oscura en el lomo o la cola roma con maza negra en el extremo y algún anillo podemos resolver las posibles dudas que tengamos en la identificación.
Hembra parida de gato montés (Felis silvestris) con pelaje de verano.
La cara más achatada en los gatos monteses también ayuda a su diferenciación con respecto a los domésticos. La hierba es verde intensa a principios de verano y a medida que avanza la estación se va tornando amarillenta y el monte se agosta. Es poco antes de que suceda esto, cuando la hierba es alta y de buena calidad nutritiva cuando se lleva a cabo en la Cordillera un momento importante en la vida del gato montés, la siega. Los prados se llenan de gente con maquinaria diversa (pocos recurren hoy en día a la guadaña) que hará que los prados pasen de ser un mar vegetal en el que es imposible ver nada, a un lugar con hierba rapada en el que es fácil localizar a la fauna.
Hembra de gato montés en un prado a principios de verano con la vegetación exhuberante y verde.
Macho de gato montés en un prado con el verano más avanzado.
Las espigas han crecido y los verdes han perdido intensidad tornándose amarillentos. De la misma forma que es más sencillo para nosotros localizar a los gatos en un prado segado, lo es para ellos localizar a sus presas, por lo que los días posteriores a la siega son un buen momento para la localización de individuos y el análisis de su comportamiento. Resulta curioso que en la mayoría de guías se deja claro que los gatos monteses en general evitan la proximidad a pueblos o zonas urbanizadas. Sin embargo es en los alrededores de los mismos donde se producen gran cantidad de avistamientos en esta época. De forma tradicional en la montaña cantábrica los pueblos se han ubicado en zonas ricas en tierra y agua que asegurasen el cultivo y la crianza de animales para subsistir. Del mismo modo los gatos monteses necesitan zonas con buena tierra y abundante humedad para la presencia de presas que aseguren su supervivencia por lo que, al contrario de lo que suele aparecer en ciertas guías, los gatos monteses y los hombres están muchas veces más cerca de lo que pueda parecer.
Macho joven de gato montés en un prado recién segado.
Majadas, brañas y fondos de valle son lugares donde predominan los prados. No obstante es esencial que exista en sus proximidades un bosque, matorral o roquedo donde se refugie el felino ante amenazas o en las horas más calurosas. De hecho, a veces la superficie de prado es relativamente pequeña con respecto al bosque con lo que observar al animal al descubierto no es tan sencillo, sin embargo caminando por las proximidades encontraremos indicios de su presencia como huellas o excrementos y sabremos que utiliza ese lugar como cazadero.
Huella de gato montés en el barro.
En este momento los gatos escogen aquellos prados donde el invierno ha sido más severo. Es decir, aquellos donde la cantidad de nieve y la escasez de luz han asegurado una humedad suficiente para que la cantidad de hierba producida fuese elavada y al mismo tiempo la cantidad de roedores que se alimentan de la misma. No es extraño por tanto que los prados donde en invierno no se ve ningún rastro de fauna debido a la dureza de la nieve por ubicarse en la umbría o el "aviseu" sean buenas zonas de campeo de gatos y zorros tras la siega veraniega.
Macho de gato montés campeando en un prado recién segado y amarillento a mediados de verano.
Las hembras de gato montés capturan presas en los prados aledaños al refugio de sus cachorros y cuando la cacería es exitosa caminan con la presa en sus fauces hacia el lugar donde se esconden los pequeños gatos. En alguna ocasión se alimenta ella misma de la presa en el punto donde la ha capturado ya que necesita reponer energía puesto que el desgaste que sufren en este momento las hembras paridas es elevado. A continuación os muestro un video que recoge múltiples lances de caza efectuados por la especie en la Cordillera Cantábrica. Como dije en otras ocasiones, la rata topera (Arvicola scherman) es su principal presa en la montaña cantábrica y aporta la cantidad de energía suficiente para sobrevivir de forma holgada capturando varios ejemplares al día. En un primer momento el gato montés olfatea la topera para ver si hay rastros recientes de su presa o bien hace tiempo que no pasa por allí. En caso afirmativo comienza la espera ante el agujero o bien el acecho desplazándose hacia la fuente del más mínimo sonido. Cuando asoma la rata el gato salta sobre ella y la atrapa con sus fauces ocasionando la muerte del animal normalmente al partir la columna del roedor a la altura de las cervicales. Como se observa en el video el tamaño de los ejemplares de rata topera puede ser considerable y lleva un buen rato conseguir tragarlos enteros. Para disfrutar el video en condiciones pinchad en Vimeo y vedlo en HD marcando el icono correspondiente a pantalla completa.
Gatos monteses (Felis silvestris) cazando ratas toperas (Arvicola scherman) en prados de la Cordillera Cantábrica. from HectorZonaOsera on Vimeo.
Esta necesidad de aportar alimento de forma continua hace que podamos observar hembras de gato montés cazando al medio día en pleno verano cuando los termómetros rondan los 30º, algo que en principio podría parecer impensable. Los pequeños gatos van creciendo y se aventuran cada vez más a separarse de la guarida, acompañando incluso a sus madres en alguna cacería.
Hembra de gato montés campeando en un prado cantábrico a las 12 de la mañana.
El aspecto desaliñado del ejemplar es típico en hembras durante la cria de sus cachorros. Gran cantidad de prados presentan carreteras en zonas cercanas cuyo tráfico es mayor en el estío, por lo que el verano es una época en la que gran cantidad de animales mueren atropellados, entre ellos los gatos monteses. Por ello es necesaria la precaución y la calma en la conducción en este momento del año, por supuesto por nuestra seguridad pero también por la de posibles peatones cuadrúpedos inesperados. Desafortunadamente los atropellos siguen siendo una de las principales causas de mortalidad en la especie aunque obviamente los valores fluctúan en función de la zona estudiada.
Triste imagen tomada por Pascual Alcázar (c) en la que se ve una hembra de gato montés atropellada junto a sus cuatro cachorros en la Comunidad de Madrid.
Ya que he decidido tocar el tema, las amenazas que se ciernen sobre el gato montés son varias y de diferente importancia en la Cordillera Cantábrica. El tema estrella a la hora de hablar del gato montés es la hibridación. De hecho se baraja el mismo como una causa importante de declive de la especie y esto es cierto sin embargo en ciertas zonas no parece suponer un riesgo real. Lugares como Escocia con unos valores críticos en cuanto a población de gato montés, o algunas zonas del este de Europa si ven amenazada la existencia de sus gatos a causa de la presencia de gatos domésticos asilvestrados que se reproducen con los mismos. Por lo general los casos de hibridación en la mayoría de especies comienzan a ser un problema cuando existen pocos inidivudos de la especie silvestre. Esto sucede con salmones, lobos y por supuesto con gatos (aunque parecen ser pocos los casos de hibridación del felino en la Cordillera). Mientras existan suficientes individuos de machos y hembras de gato montés (con un sex ratio o relación en el número de individuos de cada sexo adecuada) los problemas de hibridación no serán tan importantes. La Cordillera Cantábrica cuenta con una de las poblaciones más abundantes de gato montés localizándose la mayor densidad según tengo entendido en la montaña Palentina, por lo que los problemas de hibridación son mínimos. Es cierto que existen gatos domésticos cuya área de campeo se solapa con la de ejemplares monteses. Sin embargo los encuentros con estos suelen ser violentos y no pasan de unos cuantos bufidos y arañazos. La transmisión de enfermedades por parte de gatos domésticos puede ser otro riesgo para la especie aunque no existe ningún estudio al respecto.
Macho joven de gato montés asomándose a un prado recién segado.
El mal llamado "Control de Predadores" es un problema para la especie sobre todo en la zona centro y sur de la Península donde la práctica totalidad del territorio se corresponde con fincas privadas de explotación cinegética o ganadera. Así pues cualquier animal que sea susceptible de ocasionar bajas en sus conejos, perdices, o crías de ungulados es algo que ha de erradicarse inmediatamente. Sobran los comentarios al respecto ya que no sería capaz de describir la ignorancia implícita en dicho "control". A pesar de que en el norte peninsular la gestión del territorio es diferente siguen siendo muchos los gatos que caen a manos de escopeteros tras un mal o buen día de caza y al contrario que ciertas especies animales estos abundan bastante por lo que las especies objetivo de su sed de sangre llevan las de perder a pesar de ser considerada como casi amenazada (NT) en el Libro Rojo para España y esté incluída en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas con la categoría de Interés Especial. Esto significa que al aparecer en dicho catálogo, esta especie es una especie protegida legalmente y por tanto su caza está prohibida. Al parecer todo esto da igual. La destrucción del hábitat parecía ser un problema, entendiendo el mismo como deforestación principalmente, ya que el gato montés se consideraba como una especie eminentemente forestal a raíz de los estudios desarrollados en Escocia donde sí parece ocupar dicho ambiente de forma general.
Sin embargo, en la Cordillera Cantábrica y de la misma forma que otros muchos medianos carnívoros, la especie selecciona paisajes en mosaico que alternen prados, roquedos, bosque y matorral y la homogeinización de los mismos puede ser un riesgo potencial para la especie. Otro problema importante que comparte el gato montés con otras muchas especie es el desconocimiento. Las especies poco conocidas o estudiadas llevan las de perder por términos generales. Por supuesto y como ya comenté anteriormente los atropellos son una importante fuente de bajas en las poblaciones de gato montés. Así pues son múltiples las amenazas de las que son objeto los gatos monteses, sin embargo no existen estudios profundos al respecto en la Cordillera. Afortunadamente la población de la especie parece evolucionar de forma favorable en dichas montañas.
Gato montés en un prado reverdecido por las lluvias de finales de verano.
De repente los días comienzan a acortarse, las heladas son relativamente frecuentes durante las noches y las lluvias y nieblas de los últimos días del verano hacen que los prados comiencen a reverdecer de nuevo. Se acerca el otoño, época que analizaremos en la siguiente y última entrada de la serie centrada en la vida del gato montés. Un saludo y gracias por visitar el blog.
Un año en la vida del gato montés: La primavera
El invierno, uno de los momentos más críticos y cruciales en la vida del gato montés (Felis silvestris), ha sido superado con éxito. Comienza entonces la primavera, una época de transición bastante impredecible en cuanto a la climatología ya que años como el pasado nieva hasta el mes de Junio y otros sin embargo las temperaturas rondan los 20º. Las hembras han sido fecundadas y albergan en su interior la siguiente generación de gatos silvestres. Generalmente las nieves van derritiéndose en las zonas altas y los gatos que durante el invierno se habían refugiado en cotas menores ascienden a sus territorios de cría y alimentación. No obstante como dije anteriormente son habituales las nevadas tardías en esta época viéndose los felinos obligados a descender en altitud de forma intermitente.
Hembra de gato montés preñada como se aprecia por el volumen de su vientre
Al retirarse la nieve la hierba de los prados aparece quemada por el frío y es de un tono amarillento. Además está tumbada por el peso de la gruesa capa nival y la visibilidad para cazar es excelente por lo que los gatos monteses frecuentan en este momento los prados de solana donde la nieve desaparece antes para buscar alimento.
Macho de gato montés (Felis silvestris) en un prado amarillento al principio de la primavera.
Macho de gato montés sentado en un prado con la hierba aplastada y amarillenta a causa de la nieve recién derretida.
A medida que aumenta el número de horas de luz y asciende la temperatura, la montaña cantábrica explota en una ensalada de verdes. La productividad es máxima en este momento, los árboles se cubren de hoja y la hierba en los prados crece a un ritmo vertiginoso. La hierba alta incomoda a los gatos monteses a la hora de buscar alimento.
Gato montés acechando en un prado primaveral.
Es más complicado acercarse de forma sigilosa a sus presas ya que todo su cuerpo hace ruido al deslizarse entre la vegetación y hay más obstáculos a la hora de atrapar al roedor, también a causa de la vegetación que impide maniobrar con comodidad. No obstante en alguna ocasión he observado a gatos monteses cazando en prados con hierba bastante alta. Los individuos se levantan sobre las patas de atrás en alguna ocasión para escuchar mejor los movimientos de los roedores y cuando se han aproximado lo suficiente, la estrategia es semejante a la caza en nieve. Saltan para evitar tropezar con la vegetación y caen justo sobre su presa. La hierba alta dificulta la detección de individuos por lo que es una época en la que disminuye considerablemente el número de avistamientos.
A continuación un par de fotografías mostrando esta técnica y un video en el que se muestran lances de caza efectuados por la especie en prados de la Cordillera Cantábrica. Esta especie depende de forma muy importante de la captura de presas vivas ya que es considerado un hipercarnívoro que no carroñea de forma habitual por lo que ha de ser elevada su pericia a la hora de conseguir alimento. No obstante no siempre da en el clavo como se aprecia en el video. Para disfrutarlo al máximo pinchad en la palabra Vimeo y una vez en la página pulsad el icono de HD.
Hembra de gato montés levantada sobre las patas traseras en un prado con abundante vegetación al final de la primavera.
Hembra de gato montés cazando en la hierba alta mediante el uso de una estrategia semejante a la utilizada con nieve.
Las hembras han buscado un lugar seco, apartado y seguro para dar a luz a un pequeño grupo de felinos rayados que nacen ciegos y emiten pequeños gruñidos. Normalmente son entre 3 y 4 los ejemplares que paren las gatas aunque por supuesto hablamos de valores intermedios. Los gatos permanecerán en el agujero hasta que tengan aproximadamente un mes de edad, es entonces cuando se aventuran a salir a las inmediaciones del refugio para jugar entre ellos. Pinchando AQUÍ podéis ver el genial video grabado por Daniel Castañeda en las montañas cántabras. En el mismo se ve una hembra de gato montés con los cachorros en un roquedo cantábrico y lo más sorprendente sucede cuando una piara de jabalíes cruza justo por delante y las crías se refugian. Más adelante, ya en verano los cachorros acompañarán a sus madres en partidas de caza para aprender a conseguir alimento. Las hembras crían solas a los pequeños sin recibir ayuda de los machos. Nunca he visto cachorros de gato montés a pesar de conocer la ubicación aproximada de los mismos ya que las gatas al capturar una presa que servirá de alimento a sus cachorros caminan con la misma hacia un punto concreto del bosque en el que se adentran. El simple hecho de saber que están ahí es suficiente satisfacción.
Hembra de gato montés descansando en las proximidades del refugio donde descansan sus pequeños cachorros.
Es una época en la que las hembras necesitan asegurar el alimento por lo que los desplazamientos son reducidos. Las hembras han dado a luz a sus crías en una zona en la que tenga acceso a roedores para alimentarlas por lo que los movimientos se limitan a buscar alimento cerca de la guarida y llevarlo a sus crías. Adquieren por tanto un comportamiento especialista.
Gato montés en un prado florido de finales de primavera.
La primavera es una época en la que muchos animales han parido a sus crías dado que es un momento de abundancia de recursos en estas montañas. Animales como corzos o rebecos han traído al mundo a pequeñas copias en miniatura de si mismos y han de estar atentos a cualquier movimiento extraño ya que el futuro de su generación depende de ello. Normalmente un rebeco apenas prestaría atención a un gato montés, sin embargo esta primavera pude ver como una hembra de rebeco huía con su cría ante la presencia de un macho de gato montés. Podríamos pensar que alguna vez sufrió un ataque por parte de un gato, sin embargo lo más lógico es pensar que simplemente protegen a sus crías de todo aquello que tenga una mínima potencialidad de atacarla.
Escena pocas veces vista en la que una hembra de rebeco huye con su cría ante la presencia de un macho de gato montés.
Se acerca el verano, las crías seguirán creciendo y pronto los prados se llenarán de gente segando, empacando y recogiendo pero eso es tema del próximo periodo en el ciclo anual del gato montés. Un saludo y gracias por visitar el blog.
Hembra de gato montés preñada como se aprecia por el volumen de su vientre
Al retirarse la nieve la hierba de los prados aparece quemada por el frío y es de un tono amarillento. Además está tumbada por el peso de la gruesa capa nival y la visibilidad para cazar es excelente por lo que los gatos monteses frecuentan en este momento los prados de solana donde la nieve desaparece antes para buscar alimento.
Macho de gato montés (Felis silvestris) en un prado amarillento al principio de la primavera.
Macho de gato montés sentado en un prado con la hierba aplastada y amarillenta a causa de la nieve recién derretida.
A medida que aumenta el número de horas de luz y asciende la temperatura, la montaña cantábrica explota en una ensalada de verdes. La productividad es máxima en este momento, los árboles se cubren de hoja y la hierba en los prados crece a un ritmo vertiginoso. La hierba alta incomoda a los gatos monteses a la hora de buscar alimento.
Gato montés acechando en un prado primaveral.
Es más complicado acercarse de forma sigilosa a sus presas ya que todo su cuerpo hace ruido al deslizarse entre la vegetación y hay más obstáculos a la hora de atrapar al roedor, también a causa de la vegetación que impide maniobrar con comodidad. No obstante en alguna ocasión he observado a gatos monteses cazando en prados con hierba bastante alta. Los individuos se levantan sobre las patas de atrás en alguna ocasión para escuchar mejor los movimientos de los roedores y cuando se han aproximado lo suficiente, la estrategia es semejante a la caza en nieve. Saltan para evitar tropezar con la vegetación y caen justo sobre su presa. La hierba alta dificulta la detección de individuos por lo que es una época en la que disminuye considerablemente el número de avistamientos.
A continuación un par de fotografías mostrando esta técnica y un video en el que se muestran lances de caza efectuados por la especie en prados de la Cordillera Cantábrica. Esta especie depende de forma muy importante de la captura de presas vivas ya que es considerado un hipercarnívoro que no carroñea de forma habitual por lo que ha de ser elevada su pericia a la hora de conseguir alimento. No obstante no siempre da en el clavo como se aprecia en el video. Para disfrutarlo al máximo pinchad en la palabra Vimeo y una vez en la página pulsad el icono de HD.
Hembra de gato montés levantada sobre las patas traseras en un prado con abundante vegetación al final de la primavera.
Hembra de gato montés cazando en la hierba alta mediante el uso de una estrategia semejante a la utilizada con nieve.
Gatos monteses (Felis silvestris) cazando roedores en la Cordillera Cantábrica. from HectorZonaOsera on Vimeo.
Las hembras han buscado un lugar seco, apartado y seguro para dar a luz a un pequeño grupo de felinos rayados que nacen ciegos y emiten pequeños gruñidos. Normalmente son entre 3 y 4 los ejemplares que paren las gatas aunque por supuesto hablamos de valores intermedios. Los gatos permanecerán en el agujero hasta que tengan aproximadamente un mes de edad, es entonces cuando se aventuran a salir a las inmediaciones del refugio para jugar entre ellos. Pinchando AQUÍ podéis ver el genial video grabado por Daniel Castañeda en las montañas cántabras. En el mismo se ve una hembra de gato montés con los cachorros en un roquedo cantábrico y lo más sorprendente sucede cuando una piara de jabalíes cruza justo por delante y las crías se refugian. Más adelante, ya en verano los cachorros acompañarán a sus madres en partidas de caza para aprender a conseguir alimento. Las hembras crían solas a los pequeños sin recibir ayuda de los machos. Nunca he visto cachorros de gato montés a pesar de conocer la ubicación aproximada de los mismos ya que las gatas al capturar una presa que servirá de alimento a sus cachorros caminan con la misma hacia un punto concreto del bosque en el que se adentran. El simple hecho de saber que están ahí es suficiente satisfacción.
Hembra de gato montés descansando en las proximidades del refugio donde descansan sus pequeños cachorros.
Es una época en la que las hembras necesitan asegurar el alimento por lo que los desplazamientos son reducidos. Las hembras han dado a luz a sus crías en una zona en la que tenga acceso a roedores para alimentarlas por lo que los movimientos se limitan a buscar alimento cerca de la guarida y llevarlo a sus crías. Adquieren por tanto un comportamiento especialista.
Gato montés en un prado florido de finales de primavera.
La primavera es una época en la que muchos animales han parido a sus crías dado que es un momento de abundancia de recursos en estas montañas. Animales como corzos o rebecos han traído al mundo a pequeñas copias en miniatura de si mismos y han de estar atentos a cualquier movimiento extraño ya que el futuro de su generación depende de ello. Normalmente un rebeco apenas prestaría atención a un gato montés, sin embargo esta primavera pude ver como una hembra de rebeco huía con su cría ante la presencia de un macho de gato montés. Podríamos pensar que alguna vez sufrió un ataque por parte de un gato, sin embargo lo más lógico es pensar que simplemente protegen a sus crías de todo aquello que tenga una mínima potencialidad de atacarla.
Escena pocas veces vista en la que una hembra de rebeco huye con su cría ante la presencia de un macho de gato montés.
Se acerca el verano, las crías seguirán creciendo y pronto los prados se llenarán de gente segando, empacando y recogiendo pero eso es tema del próximo periodo en el ciclo anual del gato montés. Un saludo y gracias por visitar el blog.
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